sábado, 28 de julio de 2007

¿DÓNDE ESTÁ LA REINA?


© Ronald Castillo Florián

La reina ha partido dejándome el corazón herido
Llevándose consigo un ejemplar de lectura
un texto a mitad leído
un vacío
un vacío
dejando su vacío.

¿Dónde está la reina?
Está en el sur
Y mi corazón adormitado
sueña
piensa
espera…

La reina ha partido
La reina ha viajado

jueves, 26 de julio de 2007

GEPHYROFOBIA


© Ronald Castillo Florián

La encontré llorando, muy triste y desesperada, parecía que la vida se le iba en ese instante. Mientras yo me acercaba ella miraba el cielo y su alma, como si ese momento fuese el final de su vida, no se percataba aún que yo me estaba acercando, que iba en su rescate, y ella muy fiel a su estilo “disfrutaba” cada lágrima y cada suspiro de su dolor.
Antes de acercarme dudé si debía hacerlo. Me detuve a unos metros de distancia y me quedé observándola, tratando de imaginar a qué se debía su llanto, pero ella concentrada en su labor nostálgica lloraba, moqueaba y suspiraba sin importarle que muchos transeúntes la miraran como una loca que no tiene vergüenza. Me quedé ahí contemplándola y admirándola, siempre he querido ser valiente como ella, donde el qué dirán vale madre y los sentimientos manifestados salen naturalmente.

No sabía si acercármela o irme del lugar, la miraba tan “feliz” en su dolor que la duda me asaltaba, ¿Será justo que llegue y la rescate ahora que ella llora libremente? ¿Será justo que yo llegué como su héroe y le seque esas lágrimas benditas que le gustan tanto?; así estaba en esas cavilaciones cuando de pronto ella notó que alguien la observaba, y al voltear me quedó mirando como si yo fuese un fantasma, abrió la boca, dio un suspiro, caminó hacia mí tan lentamente que pensé que pasarían horas hasta que llegase a mi lado. Yo quise ahorrarle el tiempo, así que raudamente me acerqué a ella, la miré fijamente, le sequé sus lágrimas diciéndole que no se preocupe que yo estaba ahí, justo ahí para que siga llorando o para servirle de consuelo.

Ella se calmó, unas lágrimas más se le escaparon pero ya estaba tranquila, fue entonces que le pregunté qué es lo que le había sucedido, y me respondió que no le gustaban los puentes, que pasar debajo de ellos le causan mucha tristeza, que siente como si un animal inmenso se la tragara y después la arroja como si no sirviese nada, que esos puentes asquerosos donde muchas hombres mean sin temor a ser vistos le causa pánico, asombro, dolor y le produce mucho llanto.

Al escucharla no sabía si ella me estaba inventado todo eso o simplemente me decía la verdad, así que todo su argumento lo escuchaba con escepticismo. Se dio cuenta de mi reacción, se puso seria y me volvió a decir:

-¿Crees que estoy loca no?
- No creo que estés loca –le respondí suspirando- el que está loco soy yo por no creerte.


- FIN -

miércoles, 25 de julio de 2007

SIMPLEMENTE


© Ronald Castillo Florián

Ya tenía veinticinco años y aún no lo aparentaba. No sé qué diablos había hecho o qué pacto maléfico había realizado para conservar esa lozanía en su cuerpo. Todo aquel que la observaba por primera vez creía que se trataba de una adolescente ya que su enigmática belleza perpetuada en el tiempo encandilaba, hechizaba, destruía y sobre todo me dejaba turulato.

Yo no entendía qué era aquello que me atraía, tal vez su eterna juventud, su belleza singular, su alegría irradiante sumada a su encaprichada manía de deprimirse la hacía la mejor fémina que se había cruzado en esta esfera terrena.

Yo la conocí cuando aún ni podía ponerse en pie, recuerdo bien las veces que excitada por su aventura llegaba donde su madre enseñándole sus éxitos irreconocibles hechos con el barro. Recuerdo, también que en aquella época solamente era una niña como las demás niñas, sucia, descuidada, pero sin importarme en lo mínimo en su quehacer.

Ahora el destino me ha hecho una buena/mala jugada, la he vuelto a encontrar. Sucedió una tarde como cualquier tarde en un lugar cualquiera, cuando la vi y la volví a ver prometiéndome ahí mismo no dejar de verla jamás. No sé cómo hice para que ella se enamore de mí, ni como hizo ella para enamorarme de ella, lo cierto es que estamos juntos, muy juntos, pasando la vida, los años, yo envejeciendo y ella siempre joven enarbolando esa belleza del cual yo me ufano todos los días y en donde me he declarado un reo perpetuo.

Es tan delicioso despertar a su lado, mirarla silenciosamente, amarla profundamente y sentir su cuerpo calentar el mío protegiéndolo como una madre a su hijo en pleno frío. Todas las noches ella se enreda a mí como una vid, no me suelta y me besa tiernamente pronunciando un TE AMO que me termina por derretirme acabando mi vida en ese instante para volver a nacer consagrándome a sus labios. Es tan sublime sentirse amado por ella que en nuestro lecho sólo existe un deseo universal: de amar y solo amar hasta el final y si es posible traspasar el final porque no hay fin para tanta pasión.

Ella es mi mujer, mi hija, mi ración de manjar diario, mi esencia vital, mi aire primordial, mi pecado principal, mi aventura idílica, mi epopeya abismal, mi sentencia secreta, mi precipicio demoníaco, mi incendio helado, mi muerte y resurrección, mi calor dominguero, mi café de todos los días, mis pies, mi escritura, mis manos, ella es mi todo en todo porque sin su presencia ni su belleza secreta no podría vivir. Así es Lili, simplemente Lili para toda la vida.


-FIN-