lunes, 21 de enero de 2008

¿___________?


© Ronald Castillo Florián

Hoy -no importa la fecha- pero hoy después de muchas hojas caídas y de tantos tropezones, me he decidido a escribir no sé qué cosa, pero a escribir algo que en el fondo calmará estos demonios que me perturban la existencia desde que tengo uso de razón, y eso hace mucho…

El letargo fue porque me detuve a leer sin descanso: manifiestos, pasquines, revistas, novelas, páginas web, hojas sueltas, etc en procura de ese no sé qué inspirador y así reflejar algunas líneas como ésta que nace sin tener una idea previa y que surge por el simple hecho de comunicar hasta lo que yo ignoro.

También fue imperativo las tantas mentiras que fui respirando el año pasado y que en cierto modo me exhortaban a claudicar de esta enfermad escribana, NUNCA PUBLICAR NADA porque las empresas editoriales de buen gusto ya tienen un estudio previo de mercado y saben qué producto registrar como bueno –¿será un filtro confiable?- por lo tanto un amante de la buena lectura y un neófito escriba como yo, solo debe remitirse a quedar relegado en la silla de espera que nunca avanza, anclarse junto a sus hijos, mirar al cielo, resignarse a ser perdedor y a seguirse mintiendo… ¡el mundo no es una joda!

Son tantas las trabas y las heces con las que se debe enfrentar un escritor que francamente seguir con esta idea es declararse padre de la locura.

Son tantas las opiniones y las malas voluntades que se derraman ante un escrito que hay que estar demasiado hipnotizado en nuestro buen quehacer para seguir levantando ese blasón alfabético que es al mismo tiempo nuestra vida y muerte.

Son tantas las lluvias inquisitivas de seudos críticos literarios que lo único que buscan es lisonjear a empedrados fanáticos que anquilosados a su pluma se hacen reflejar como eximios siendo simples sombras e imitaciones de autores consagrados.

En fin, son tantos los argumentos detonantes que se cruzan en nuestra vida que verdaderamente soñar en literatura ya no es una utopía sino un imposible.

Pregunta: ¿seguiré vivo?
Respuesta: respiraré hasta donde pueda.