miércoles, 30 de abril de 2008

COLOQUIO


©Ronald Castillo Florián


- ¡¿Porqué llegas recién?!
- Se demoro el bus
- ¡Sí, y ayer ayudaste a una abuela cruzar la calle!
- Es que…
- ¡Mañana será que viste un ovni...!
- Lo que pasa es…
- Y pasado que te secuestraron…
- Pero violeta, la verdad…
- Mira Carlos, ya me tienes harta con tu manía de llegar tarde a todas nuestras citas
- Pero no es porque yo quiero
- ¡Entonces!
- Siempre me pasa cosas inusuales
- Sí, como la semana pasada que te dormiste en el bus
- Eso fue verdad…
- Y te despertaste en el paradero final porque te pasaron la voz
- Es que estaba muy cansado…
- ¡¿Cansado de qué?! …bueno, cambiemos de tema
- Sí es mejor
- Trajiste lo que me prometiste
- Bueno…
- Bueno qué
- Es que yo…
- ¡¿Yo qué?... Lo trajiste o no lo trajiste
- Bueno… sí lo traje pero…
- Que pero ni que nada, ¡dámelo!
- No puedo
- ¡¿No puedes o no quieres?!
- No, no puedo
- ¡¿Por qué no puedes?!
- Me da vergüenza
- ¡Vergüenza!… no seas cholo y dame lo que me prometiste
- ¡Violeta no seas mala!
- No soy mala, ejerzo mi derecho
- No estoy seguro si deba…
- Me lo tienes que dar sí o sí, me lo prometiste
- Ok, ok… toma, pero confieso que me da…
- No te da nada tonto, ¡dámelo!
- ……………………………………………………
- ¿Qué pasa, te pones rojo?
- Ya te dije la vergüenza
- ………………………………………………….…
- ¿No te gustó?
- Sí, pero…
- ¿Qué?
- Es que escribes medio raro
- ¿Raro?
- Sí raro, raro
- ¿Cómo raro?
- ¡Raro pues, raro, o no sabes que es raro!
- Sí lo sé… pero a qué te refier…
- Aquí escribes como si fueras un loco
- De eso se trata el escribir, de ser loco
- Tal vez... pero por qué dices aquí…
- ¡No lo leas, no lo leas…!
- Es que es raro lo que escribes
- Sí, pero no me lo leas… me avergüenzo
- ¿Pero, porqué…?
- No sé… me pasa siempre
- Pero…
- ……………….
- Sabes mejor dejémoslo ahí
- Sí mejor
- ¿A donde vamos ahora Carlos?
- No lo sé, ¿qué has pensado?
- ¿Cuánto tienes?
- Con la justa mi pasaje de regreso y tú
- Mi pasaje y un sol más
- ……………………………………………………
- ¡Vamos a comer helado entonces!
- Pero solo tenemos un sol
- ¡Sí, compraremos un helado para los dos y nos sentamos en la escalera de la catedral!
- ¿Pero solo un helado?…
- ¡Sí y los dos comeremos juntos, un rato cada uno!
- Pero la gente…
- La gente mangos Carlos… además si nos miran no pensaran que estamos misivos
- ¿Sino…?
- ¡Que somos románticos!
- Jajaja… bien, vamos
- ¿Ah?
- ¿Qué cosa?
- ¡Sigue escribiendo esas locuras!
- Pero tú dijiste que…
- No importa lo que dije... a pesar de todo me gusta que digas que te quieres comer mi corazón.